En el proyecto Propuestas para el Presente y el Futuro de Venezuela, organizado por la UCAB-Economía y Konrad Adenauer Stiftung, se han llevado a cabo una serie de foros sobre el sector infraestructura. Las temáticas planteadas en estos foros se encuentran en el siguiente informe.Por un Estado de servicios públicos v 2
Este trabajo tiene como centro de atención a los servicios públicos que se proporcionan por redes en Venezuela: agua, electricidad, telecomunicaciones y vialidad. Su objetivo es destacar información relevante para la conformación de un nuevo marco regulatorio que fomente la reconstrucción del sector.
Las redes de servicios públicos forman parte de lo que en términos genérales se denomina la infraestructura de un país. Puede mencionarse también, en esta categoría, a los puertos, sistemas de transporte masivo, aeropuertos y puentes, entre otros activos.
Hablamos, en este sentido, de servicios esenciales que son consumidos de forma simultánea y periódica por grandes sectores de la población, siendo a su vez imprescindibles para la producción de bienes y servicios y para el bienestar de la población. Se trata de servicios de gran complejidad que no pueden ser proporcionados por aquellos que los necesitan. Son propios de las sociedades modernas en las cuales los individuos dependen de grandes organizaciones (el Estado, el más importante y poderoso) para satisfacer sus necesidades.
Las empresas que proporcionan servicios públicos por redes tienden a ser monopolios naturales, vale decir, sus costos disminuyen en la medida que aumenta el número de usuarios. Estos servicios requieren una costosa infraestructura que les permita conectar a los hogares a las redes. Por ello, el Estado debe regular para evitar tendencias monopólicas.
Los cambios tecnológicos modificaron la noción de monopolio natural. En telecomunicaciones, por ejemplo, la tecnología inalámbrica sustituyó con menores costos a las centrales de conmutación que conectaban físicamente (con cables, ductos y armarios) a los hogares que conforman la red. Esto significó que un mayor número de operadores pudo participar en el mercado con lo cual fue posible la competencia. De esa forma, pasamos de un modelo de servicios púbicos estructurado con base en monopolios naturales, regulación estricta (precios), propiedad estatal, sin fines de lucro, y generalidad en el trato a los usuarios, a otro modelo basado en la competencia, inversión privada, avances tecnológicos, consumidores exigentes y diferenciados en sus patrones de consumo y regulación por agencias especializadas. Entre los principios básicos que deben guiar el desempeño del sector tenemos: continuidad, calidad, adopción de nuevas tecnologías, precios razonables,
defensa del consumidor, universalidad, regulación gubernamental profesional e independiente.
Durante la primera década del siglo XXI, Venezuela retrocedió a un modelo de regulación estatal y negadora de la competencia. Ello fue el resultado de una política de estatización de empresas y controles de precios. Los resultados están a la vista: desinversión, baja calidad del servicio, racionamiento. En la Venezuela de 2022, ese sector de aparato productivo constituye un “cuello de botella” para el crecimiento económico y para el bienestar de la población. Ningún programa de reactivación económica será exitoso si no tiene el soporte de una infraestructura de calidad y de amplia cobertura.